Ozlem

OZLEM
 
Te desprendiste con suerte de los pies
y has podido, sin más, alzar el vuelo.
Hasta que han vuelto a asesinarte, Ozlem,
y a dejar tus huesos atados
en esa otra cárcel,
en las montañas lejanas del nirvana,
en los rincones sin luz
de la soledad
(sin las cruces de rigor)
sobre las nubes y los mares.
Desde entonces no has vuelto a escribir.
Nadie lo ha hecho.
No ha habido nuevas acrobacias
del instinto.
O de la memoria.
 
Hoy faltan tantos otros hombres
amordazados por arte del miedo
y, sin embargo, han florecido los geranios.
Hoy, después de tanto muerto, Ozlem,
quisiera ver el rostro de tu torturador.
Dicen que se ve igual que tú y que yo
Dicen que es de carne y hueso
Que, como nosotros, envejece
Que tiene sangre en las venas
y que también se muere,
como nosotros.
 
Copyright © 2014. Antonio Álvarez Bürger
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