De crisis y miseria Posted on enero 30, 2014 por tony DE CRISIS Y MISERIA Hace ya muchos años que vive sola. Apenas ya recuerda cuando nació aunque, entre opacas nieblas, allá en su mente cree que ya veinte lustros su vida cubre. Hubo algún día alegre en su camino, pero más abundaron penosos tramos. Esposo tuvo, es cierto. Murió hace tiempo. Mas fue gris y anodina su convivencia. Cuatro robustos hijos parió su vientre: una hembra y tres varones. Volaron todos. Por míseros salarios todos trabajan y alguno la visita de tarde en tarde. Una pensión mezquina le da el gobierno que apenas le permite su subsistencia. Sus dolencias y achaques no son escasos: ¡La vejez es banquete de medicinas! Y ahora dicen sus hijos y sus comadres que ha llegado una crisis que nadie entiende. Solo ven que arruinadas y sin trabajo van quedando las gentes en torno suyo. Ya, de sus cuatro hijos, dos engrosaron la deplorable lista de los parados, y, de su exigua paga, la noble anciana ha de aportar ayuda a sus descendientes. Mas la ciega avaricia de extraños entes, que a la vieja le suenan a fantasmales, con instinto caníbal sigue implacable devorando a los pobres y desvalidos. Aquellos que, dichosos, trabajo aún tienen sus ya parvos salarios ven recortados. Y la ruin limosna dada a la anciana también es reducida inhumanamente. Cínicos gobernantes “de buena cuna” muestran palmariamente, con desvergüenza, que caridad, justicia y humanidad son conceptos ajenos a su conciencia. Y, así, la triste casa de nuestra anciana la miseria y el hambre invaden reptando: traen consigo bagajes de consunción y fúnebres presagios premonitorios. Hoy su cadáver velan en la penumbra sus hijos y sus nietos, depauperados, mientras en jactanciosas villas de lujo sus banquetes celebran los poderosos. Copyright © 2013. Alberto Moll Todos los derechos reservados. All rights reserved Share this/Compartir:TwitterFacebookMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado