A veces no alcanza

A VECES NO ALCANZA

Argentina, 1976

 

Yo recuerdo una muerte igualitaria,

una muerte de sálvese quien pueda,

una muerte de bomba por las dudas,

para echarte de menos.

Yo recuerdo los días maniatados

cuando cada noticia era un derrumbe

y andaba la sospecha merodeando

en todas las esquinas, como un perro,

y la patria sangraba por los ojos

y por los sindicatos, por los sótanos

y llovían esquirlas y consignas

y llovían los muertos

y no era napalm pero dolía

porque a veces no alcanza la inocencia

ni quedarse en la orilla

ni aducir el silencio;

la inquietud anunciaba sus trincheras

y mi madre decía                    subversivo

como quien dice                     es mi última palabra

o                   no tiene remedio.

Y es obvio que en alguna desmemoria

se nos perdió una gota de semántica

ya que tampoco entonces me explicaron

por qué la subversión era una alquimia,

una reacción tan poco convincente,

una bala en la frente de tu miedo;

aunque de todos modos, nadie tuvo

tiempo siquiera para ser explícito,

para darme una pista, un cabo suelto.

Menos mal que a las pocas disidencias

llegaron los profetas del exilio

con sus hachas de fuego

y dieron otro nombre al holocausto

y amputaron un brazo a la justicia

(por supuesto el izquierdo)

y con un habeas corpus se limpiaron

la suela de sus botas, menos mal,

menos mal que vinieron,

así la subversión y su vergüenza

se fueron yendo, entre otras acepciones,

de la mano de otros ultraísmos

y ahora no sabemos

en qué estallido terminó el espanto

y en qué tortura comenzó el infierno.

 

Copyright © 2013. Ariel Alejandro Giacardi

Todos los derechos reservados. All rights reserved

 

e-mail: agiacardi@hotmail.com

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s