Capitalismo

CAPITALISMO

 

El hombre seboso y trajeado se cuela en nuestra cama cada noche

después de follarse al universo viene a susurrarnos nanas

su obsesión por nosotros no descansa nunca

en nuestros sueños nos persigue

con su disfraz de perro, de vendedor, de cura

de espiga de trigo, de pistola en el bolsillo

su disfraz de muerte, su disfraz de vida

 

sé que tú le gustas con ojeras

yo le pongo cachondo cuando estoy cansada

me quiere flaca aunque me tienta con chucherías

y a ti elegante aunque te duelan los huesos

 

me empuja a emborracharme pero no por diversión

sino para olvidar

que mis horas de ocio se cierran siempre con balance negativo

 

cuando estamos a punto de enfermar por agotamiento

nos premia con unas vacaciones

y nos tiende los billetes como el cazador

lanza un hueso al galgo que ahorcará mañana

 

me instiga a desear cosas que no necesito

aunque él nunca tiene para mí un regalo

 

dice que mis enemigos son aquellos

que quieren lo mismo que yo

porque no hay bastante

nunca hay bastante para todos

 

y nos cobra por lo que no es de nadie

por el agua de lluvia

por el sol y la arena

por los claros del bosque

y los manantiales

 

secuestra a mi amor durante 10 horas cada día

y cada día me lo devuelve más viejo

 

con sus brazos lascivos abraza a mi hija

y yo grito ¡huye!

-he visto los primeros signos de rendición

en su rostro inocente-

pero no sé mostrarle la puerta de salida

 

y más que mi felicidad, lo que a él le preocupa

es atisbar en mi cara un rastro de consuelo

que me permita llegar hasta la próxima tregua

 

cada día me pone café en los labios

para que aguante, y luego una pastilla

que me aplaque los nervios para que descanse y duerma

mientras él sigue haciendo conmigo lo que le viene en gana

 

(a veces se tumba sobre mí y yo con los ojos abiertos

miro al techo, y si se da cuenta me dice

que ya va siendo hora de pintarlo)

 

envenena la comida con que me alimenta

me prohíbe fumar mientras engorda mi ansiedad

y me quita los chupetes que podrían consolarme

 

provoca mi llanto

y después me obliga a maquillar las señales de la tristeza

 

si me pongo rebelde, ríe paternalista

cuenta que él también pasó por esa época

y mi rebeldía la rebaja a moda

que luce en camisetas los sábados por la mañana

cuando sale a comprar los cruasanes y el periódico

 

él me da detalle de cada asesinato, de todas las guerras

de las violaciones y los golpes de estado

 

pero tanta información me deja sorda y ya no escucho

los crujidos ni los llantos en voz baja

las señales del desmoronamiento

 

y él calla que cada muerto, cada herido

las mujeres violadas y los que sufren torturas

todos recibieron su visita antes de convertirse en lo que son ahora

 

se zafa de las culpas con promesas

pero yo sé que una palabra suya

bastará para condenarnos

 

y si desaparece es para espiar a salvo y oculto

en los bares, en los hoteles, en los baños, en las celdas

 

tengo que darle las gracias porque

¡tú eres una mujer moderna!, grita animoso

de las que habla inglés, trabaja en casa y en la oficina

va al gimnasio y aparenta menos edad de la que dice el dni

tienes nociones de pedagogía aunque apenas veas a tus hijos

 

y además fuiste bendecida con una vocación

para que puedas sentirte mejor que otras

(y yo callo que yo no quiero ser artista

si eso va a convertirme en diferente

porque ya me siento lo bastante sola

y no quiero competir en más carreras)

 

si muestro debilidad, susurra, todos querrán aprovecharse

(como si él dejara algo para los otros)

mejor será que despliegue arrogancia

(con todos menos con él)

 

de todo me habla pero no de quién recogerá los restos del naufragio

ni en qué lugar nos reuniremos los náufragos para organizarnos

para hacer un fuego, compartir la comida y quitarnos el frío

 

aunque antes hay que hacer acopio de fuerzas

para no abandonarse cada uno en su rincón

 

Un día, no sé cuándo, yo le voy a cobrar

sus cadáveres, las humillaciones

el secuestro de la inocencia

el expolio de los sueños

 

yo le voy a cobrar, no sé cuándo

 

y la primera puñalada que le voy a meter

va a ser por las caricias que no nos dimos

por los polvos que no echamos

tú y yo

cada vez que se cuela en nuestra cama

y nos dice que mañana, mañana, mañana

mañana el despertador sonará a las 6.30

 

y veinte minutos más de sueño

nos harán mejores soldados a su servicio

 

Te lo juro, mi amor. Una puñalada

por cada polvo que nos robó

y luego ya el resto, por los presos, por los indigentes

por los que dejan atrás casa y familia

por el dolor que no merecemos sufrir ni ver

por los campos arrasados

por los animales que se hacinan

por los niños que trabajan

por los ojos que se cierran por el cansancio y la muerte

por el tiempo que no volverá

por la vida que nos robaron

por la vida

mi amor

por la vida.

 

Copyright © 2013. Ana Pérez Cañamares

Todos los derechos reservados. All rights reserved

 

1 comentario en “Capitalismo

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