MADRE
Ella solitaria,
Marcha en un auto hacia la frontera,
En las montañas
Se escuchan disparos,
Los rebeldes cruzan las puertas.
Yo de niño tomaba mi maleta,
Huía por las callejuelas,
Llevando una botella de ron,
Observando las estrellas.
Dormía debajo de los puentes
Y araba las cisternas,
Una crisálida me robó
El amor por las siestas.
Tenía miedo de volver a casa,
Había osos en los valles,
Una cabra mugía en el campamento,
Por eso bebía con frecuencia,
Ahora el riachuelo
Trae bayas y nueces,
Ahora el río trae una
Serpiente negra.
Todo está perdido
Los rebeldes allanan el casón,
Incendian los pasillos,
Hay luz, hay luz.
El auto está detenido
Tu maleta hecha jirones,
El pasaporte está en la cisterna,
Con tus pequeñas jeringuillas,
Tus curas y tus navajas de bronce.
La multitud irrumpe en la avenida,
Tu cabello ondeado por la brisa,
La ciudad está destruida,
Todo arde,
Todo está deshecho,
Ahora puedes encontrarme
A casa, a casa
En tus brazos
Ahora puedes llevarme
¡Madre tengo hambre!
Copyright © 2014. Juan Andrés Gutiérrez
Todos los derechos reservados. All rights reserved
Sobrecogedor poema de una gran originalidad.
Me gusto mucho, Juan Andrés, enhorabuena. Saludos. Adolfo.